domingo, 24 de febrero de 2013

Nuestra versión de la Tarta Sacher



 ¿Verdad que no se parece en nada a la Tarta Sacher?
Pero lo es, sólo que hemos cambiado un poquito su estética y...su interior.

En primer lugar hemos conseguido que el interior sea más esponjoso añadiendo las claras a punto de nieve con movimientos amplios para conseguir que la masa se airee.

Después hemos substituido la tradicional mermelada de albaricoque por una de frambuesa (a mí especialmente me gusta mucho la combinación de fresa y chocolate). Hemos partido el bizcocho por la mitad y hemos recubierto con una capa de mermelada la base inferior, hemos tapado con la parte superior del bizcocho y hemos recubierto la parte superior y los laterales también con la mermelada.

Truco: para cubrir más fácilmente los bizcochos con la mermelada la podemos calentar un poco, bien al baño maría bien en un cazo.

Por último, hemos recubierto toda la tarta (incluidos los laterales) con chocolate y hemos decorado con nata montada y unas virutas de chocolate de tres colores.

En casa se ha acabado en un instante, sin embargo la Sacher tradicional daba vueltas y vueltas por la cocina sin que nadie se la acabara, la innovación ha merecido la pena.


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