Hemos montado nata y le hemos añadido colorante (¡ojo! el colorante hay que ponerlo mientras montamos la nata porque si lo hacemos una vez montada, de tanto meneo se nos convertirá en mantequilla).
Después con una boquilla de escritura ancha hemos definido los contornos de cada parte y hemos rellenado con pequeños puntitos de nata.
También podemos cubrir esta tarta con glasa real y pasta de azúcar, hay muchas opciones...y colores!
En fin, que Marc, mi hijo, ha quedado muy contento y creo que sus compañeros también lo estarán en el almuerzo de mañana.
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